El sector agropecuario es estratégico para el país, debido a su importancia en la generación de divisas, su aporte como insumo para otras industrias, y su aporte social como fuente de empleo en el sector rural. El País se beneficia de una gran diversidad de climas y altitudes que le otorgan una biodiversidad importante.
Al ser un sector estratégico, el Gobierno ha implementado varios programas para fomentar la producción local, a través de subsidios, financiamiento y transferencia de tecnología. Uno de ellos es el subsidio de semillas e insumos, financiamiento y acceso a mercados, a través de acuerdos con los proveedores y compradores locales más importantes. Además, los principales insumos requeridos para la producción se benefician de exoneraciones de aranceles y tasa de 0% del IVA.
En términos de crecimiento y volatilidad, la industria ha tenido en los últimos años un comportamiento similar al del PIB global, salvo en períodos específicos como el 2009 y el 2012. El comportamiento del sector está influenciado por las condiciones climáticas, sobreoferta de producción local, precios internacionales y por las políticas del sector público.
Con respecto a los insumos que requiere el sector, las importaciones de productos agrícolas representaron en 2016 el 14.2% de las importaciones de materia prima y el 0.7% de los bienes de capital. En dicho año estas crecieron en 4.6% mientras que las de bienes de capital se redujeron en 19.2%. Estos porcentajes se ven influidos por la política de sustitución de importaciones y el apoyo a la producción local impulsada por el Gobierno.
Entre los planes del gobierno para 2017 está el concentrarse en una de las potencialidades económicas que posee el país, como es la agroindustria enfocada en las exportaciones.[1]
Por otro lado, el Estado, a través del banco Público BanEcuador, que reemplazó en esta función al Banco Nacional de Fomento, continúa otorgando créditos a pequeños agricultores.
La capacidad del Gobierno de seguir soportando al sector de forma directa puede verse mermada en función de la disponibilidad de financiamiento externo, la recaudación fiscal y la evolución del precio del petróleo.
En los últimos años, las exportaciones no petroleras de productos tradicionales, entre los que se incluyen el banano, camarón, cacao, pescados, etc., no han presentado crecimientos sostenidos importantes, sin embargo si se analiza el comportamiento de enero a marzo (2016-2017) las exportaciones en toneladas y en dólares han crecido en un 13.2% y 16.1% respectivamente.
Los fertilizantes y plaguicidas son fundamentales para el sector. En su mayoría los mismos son importados, y localmente solo se mezclan y/o se envasan en distintas presentaciones.
Desde el 2014 el Estado ha intervenido en la oferta de fertilizantes y fungicidas, reduciendo el precio de algunos insumos y el volumen de importación. A finales del 2016 el Gobierno volvió a impulsar con subsidios los kits agrícolas los cuales han mejorado el panorama actual de la agroindustria. La evolución de estos subsidios y la perspectiva del sector agrícola y las industrias que dependen del mismo es incierta, al igual que la de la mayoría de actividades económicas locales, aunque se reconoce la intención del Estado de soportarlo, tanto por su importancia social como para el sector externo.
Si bien los agroquímicos en su conjunto son indispensables para el sector, existe una competencia importante debido a la existencia de productos genéricos de menor costo. Para atender al sector agropecuario, las estrategias de soporte técnico o financiero a los usuarios y la constante actualización de tecnología para conseguir productos de mayor productividad y calidad son diferenciadores importantes.
En cuanto a la economía ecuatoriana y según algunos analistas, el comportamiento de la economía podría mostrar signos de pequeña convalecencia en el 2017, dependiendo del comportamiento del precio del petróleo y de la habilidad del Gobierno de seguir consiguiendo préstamos. La profundidad de la crisis y el tiempo que dure la recesión dependerán precisamente del financiamiento externo y de las medidas económicas y financieras que adopte la administración del país.